Él parece de algodón y azúcar,
Pero en el centro es una roca despiadada.
Él puede llenarte de amor,
Pero sus huecos insaciables
No te permitirán dominarlo jamás.
Y aunque se crea dominado
Nunca hará todo lo posible:
Siempre estará primero para sí.
Puede volverte loco,
Puede hacerte enloquecer.
Siempre se plantea la intención,
Nunca como lleva a cabo la acción.
Es dulce como el azúcar, pero traiciona sin más.
Es otras veces agrio, conmovedor y egoísta,
Pero lo último solo al tiempo lo sabrás.
Vive prisionero, sofocado,
Y quiere salir haciendo añicos la pared;
Esa construcción de sueños inalcanzables
Que el mundo preparo para él.
Puede volverte loco,
Puede hacerte enloquecer.
Siempre se plantea la intención,
Nunca como lleva a cabo la acción.
Alguien le dijo una vez "no juegues con fuego"
Pero no era él quien debía saberlo,
Sino todo el resto.
Soy un fuego que quema,
Soy un fuego que arde,
Soy un fuego que duele.
No te acerques a mí,
No se acerquen a mí.
Eviten la tontería de creer que son mis amigos,
Porque nadie puede serlo.
Eviten la desgarradora historia de creer
Que se casarían conmigo,
Porque nadie debe hacerlo.
Voy y vengo sin avisar,
No se detengan a contemplarme
Porque cuando el viento llame
No me podrán encontrar.
Puede volverte loco,
Puede hacerte enloquecer.
Siempre se plantea la intención,
Nunca como lleva a cabo la acción.
No te acerques a mí,
No se acerquen a mí.
Mi corazón parece de algodón y de azúcar,
Pero no es así.
1 comentario:
Me encantó ese remate, ahí. Gracias, poeta.
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