lunes, 28 de mayo de 2018

Intruso

No pertenezco a éste mundo, no pertenezco a este mundo, no pertenezco a este mundo, no pertenezco a este mundo, no pertenezco a este mundo - la frase se repetía una y otra vez en mi cabeza- no pertenezco a este mundo, no pertenezco a este mundo- pensaba en el mundo, en las otras personas que viven en el y sentía un poco de culpa, además de estar totalmente desorientada- ¿por qué soy tan mala?, ¿Por qué soy tan mala? ¿Por qué...? - pero en el fondo no me creo que así lo sea, que sea tan mala como parece que soy o como me han dicho que soy. Lo que pasa es que soy de otro mundo y a ellos (a los que les pertenece este mundo donde estoy ahora) todo lo que yo hago, cómo lo hago y porque lo hago, les cae muy mal. Y pasé tanto tiempo en este mundo que a veces me olvido que no son como yo y me siento mal, me culpo a mí misma cuando en realidad, son ellos los que están al revés: viven en un planeta plano que se les dio vuelta y quedaron patas para arriba, ¿cómo van a estar bien entonces así?.

2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Hermoso, Aldana. Me hiciste acordar a este texto de Alejandra Pizarnik: "Simplemente no soy de este mundo, yo habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… no puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde… me iré y no sabré volver".

Aldana dijo...

No estoy segura de haberlo leído antes pero cada vez estoy más convencida de eso, de que los escritores son de otro lugar

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