El caminante
El rueda el cemento con sus pies
El embarra las ilusiones con su sed
Se origina para si mismo
Un infinito nebuloso
Que ni el sol puede esclarecer
Porque si de incierto se habla
Así, su camino es.
El busca algo perdido
Después de tanto andar
Algo perdido en el camino y,
Sin embargo,
No puede volver atrás.
Pinta fotografías en su mente
Recuerda historias de cajón
Lleva en su abrigo más de doscientos nombres
Y otros treinta y cuatro en el pantalón
Esconde su cabello emblanquecido
Bajo un gorro de gamuza azul
Pero no puede esconder sus años,
Que en el fondo de sus ojos
Oscilan el último adiós
Quizás ahora si
Sus manos estaban preparadas para trepar
Con tantas arrugas y asperezas
Los árboles ya no se le resbalarían más.
En lo alto de sus copas
Imagina una siesta
De a no despertar
How happy is the blameless vestal’s lot! The world forgetting, by the world forgot. Eternal sunshine of the spotless mind! Each pray’r accepted, and each wish resign’d.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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1 comentario:
aldanilla. acabo de terminar la lectura del caminante. por cierto melancólica y también con sutilezas
tus escritos todos tienen garra e intesidad y además hay una suerte de capacidad comprensiva, una atmósfera comprensiva -por decirlo de alguna manera- de lo que atraviesa el mundo/ de lo que nos atraviesa/ de lo que encontramos/ lo que perdemos
abrazo y avantti con tutti
gabi de los amantes de la serpentina para lo que mande
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