Cuando me preguntaron porqué, creo que lo dije bien. Cumpli con las expectativas y hasta brillé un poquito pero eso no fue todo. Hay algo más, algo que guardo para mi.
Ahora que nadie me escucha, que terminó la entrevista, puedo decir lo que realmente espero de esto. Voy a dar todo de mi, esperando recibir algo a cambio también. Quiero hacer uso y abuso de los recursos que van a poner sobre mis frias manos, encenderme y correr con los dedos otra vez. Crear con palabras escritas sonidos que parezcan canciones, murmullos que se comparen a los hablantes de la naturaleza. Imponerme ante multitudes y encantarlas con mis producciones. Aquí y ahora, estoy queriendo pactar hasta con el mismisimo diablo para asegurar el exito en todo lo que me proponga y más allá. Si, ahora que nadie me ve ni me escucha, acomodo mi corbata frente al espejo, estiro las mangas de mi traje y sonrío levemente.
Del otro lado del baño se abre una puerta y un hombre viejo, con un traje mucho mejor que el que llevaba puesto se me acerca. Me mira con altura, casi con odio. Deja escapar, sin decir nada, una horrible mueca similar a una sonrisa y se abre la cremayera del pantalón expulsando todo su miembro gordo y peludo ante mis ojos. Lo mira, me mira de nuevo, da la vuelta camina hacia los mengitorios sin sacarme la mirada de encima. Yo no podia dejar de observarlo. Luego deje que sus pupilas me penetraran la nuca por un rato, estudiando la bacha de lavarse las manos. Me tire agua en la cara y me fui.
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