Ocurrencia

De a poco me desvanezco, estoy dejando de existir en el mundo donde mis palabras tenían fuerza y eran leídas. Ya no hay historias de niños de diez años, de ángeles y espartanos, de paraguas y locas bellas. Ya no hay cuento que cuente con ganas de contar, con ganas de contagiar, de despertar, de crear.
La soledad me ha tomado de rehén, la música, su irremplazable colega me tomó como prisionera sin dejarme un respiro siquiera para desahogar media lagrima: me han vaciado de melancolía con movimientos de cadera y cuerdas vibrando. Los amigos, expectantes todo el tiempo y encargados también de que no vuelva a sentirme triste.
Extraño... por primera vez sigo una línea constante sobre la que no dejo de disfrutar el paisaje: rio, canto, bailo, me impregno de los más arduos aromas de los buenos momentos, comienzo a descubrirme nuevamente a partir de mi y no de alguien más, existo, sexisto, acompaño, llevo, traigo, convido y demás pero... No me siento muy yo sin mí pero si mi se alejo dejando a yo libre, relajado, propio de si entonces le enviare un beso a mí y le daré las gracias a si por dejar que yo sea, no rara pero si diferentemente, feliz y más yo y menos yo que nunca pero sin angustias.
De a poco entro en otro mundo, con otras responsabilidades y colores, aromas leves, personas ligeras, lugares que parecen salir de grietas oscuras a lugares ya conocidos, lugares que parecían estar lejos y no era así… Cuentan que contaba como cuento y que ahora cuento como se cuentan las cuentas pero sin saber que cuenta hacer para llegar al resultado nuevo y sorprenderme otra vez.

2 comentarios:

Martin Sarubi dijo...

me encanta todo lo que escribís, tenes muchísima pasión , mucha fuerza y esta esta presente en tus textos. no hay muchas personas capases de reflejar tanto y expresarlo de manera tan gráfica. sin dudas algo especial y único

Aldana dijo...

Muchisimas gracias!