Mates y algo más: capítulo 4

Se encontraron y tomaron un par de cervezas, luego unos tequilas y aunque la charla era agradable, no pudieron aguantarse. Salieron del boliche un poco a los tropezones y tomaron un taxi. Llegaron a su casa y empezaron a sacarse la ropa entre besos. El la arrojó sobre su cama y siguió besándola sin salirse de encima. A los pocos segundos, y ya por completo desnudos, cambiaron los roles. Cuando estaba encima de él, notó que sutilmente la apartaba. La hizo a un lado y antes de que pudiera abrir el cajón de la mesita de luz para sacar los preservativos, ella le tomó la mano, la puso contra el cabezal de la cama y, susurrándole al oído, le dijo:
-No los usemos, me hacen mal. ¿Te molesta?
-Para nada, esta bien pero dejame ir arriba a mi.
-Jajaja, hay!...
--Hay nada!, no voy a parar.
-Como usted mánde oficial!
-Mmmm
-Jajaja
Y siguieron disfrutándose por un rato hasta que de tan borrachos se quedaron profundamente dormidos. La luna comenzaba a desaparecer de la ventana de la habitación pero la tenue claridad que le siguió no logró despertarlos.

-¡No puede ser que te gusten todos!
-Pero es que son muy lindos amor, ¿no ves?
-Si, veo que son muchos e imagino que a ninguno le vas a limpiar la caca mas de dos días seguidos.
-¿Qué decís? ¿Voy a esperar a que lo hagas vos?
-No mi amor, vas a dejar que el patio se lleve de soretes hasta que los vecinos te lo limpien por no aguantar el olor!, te conozco.
-Callate, salame!
-No, vos cállate canchita! Y elegí uno de una vez, no te podes llevar a todos.
-Pero me gustan todos-le dijo Sol a Franco, haciéndole puchero. El la miró frunciendo las cejas y achinando los ojos, e inmediatamente, ella le sonrió de oreja a oreja haciéndose la tonta.
-Mira amor lo que es ese osito!-le dijo luego señalando una pequeña jaula donde había un ovejero alemán negro y marroncito con las orejas caídas y la puntita de la cola marron. Era todo pelo.
-Si mi amor, lo vi. ¿Ese te gusta?
-Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay no me gusta, ya me enamoré de él.
-¿Y yo?
-De los dos Fran
-Pero no te quiero compartir con un perro.
-Solo de corazón mi vida, sexualmente soy solo tuya.
-A bueno, entonces si.
-¡Ves que es lo único que te importa!!.
-Mas o menos.
-Si, claaaaaaaaro….
-Bueno dale que te lo compro, digo… te lo compras.
-Y si porque viniendo de vos un regalo!.
-Pero amor, ya te dije que no tengo nada de plata últimamente.
-Si, pero bien que con tu viejo estás todo el día laburando.
-Si, peor también con lo que gano!, encima tengo que devolverle plata que alguna vez me presto.
-Si amor, para mi que me mentís y te vas con otra-.
-No hables pavadas.
-Bueno, vamos que me voy a comprar mi perro, yhupi.
-Si sos la única mujer que quiero a mi lado hermosa, te amo.

1 comentario:

Xaj dijo...

Ese gran rito del osito y el sexo sin luna.

Saluditos, Aldana.