Me preguntaste si estaba llorando
Y yo que te dije que nunca te mentiría,
Que podías confiar siempre en mí
Me permití una sonrisa y seguí leyendo.
Un inocente y joven ¡no! Trepo por mis labios,
Tan despreocupado y jovial como niñes jugando en vacaciones
de verano.
Apresurado, dulce, fugaz.
De esos tan rápidos que no lastiman, no se notan
Y permitió que descifraras el momento a tu manera.
Te he mentido, pero es que solo llegado el momento
Si es que
llega ese momento,
Podrás entender la inmensa ternura
Y el amor implacable que
te tengo.
Si, estaba llorando, pero de esos tipos de llanto que se
escapan de a poquito, brotan intensos por un instante, dejando muy pequeñas cuotas
de melancolía a lo largo de los años. Que son un instante tan sincero, que ni
siquiera mí no, podría haberlo embarrado.
Te amo desde siempre y ojalá que siempre sigas escribiendo.